Nota del
coleccionista: De
Coral Castle supe por primera vez mientras buscaba material para mis dos
entregas anteriores de Tecnología Antigua (PARTE I
y II).
Nunca Hizo parte de la lista final por no pertenecer al periodo de tiempo de
ninguna de las dos entregas y al no tratarse de un objeto “out of site” como
tal.
Para mí, uno de los mayores misterios de Coral
Castle es por qué tan poca gente sabe de la existencia de él, desde el 2007
vivo en la Florida pero incluso antes, cuando vivía en Colombia, visitaba
seguido estas tierras, y
nunca en mis viajes como turista o estudiante oí nombrar nada de Coral Castle.
Esto ha cambiado en los últimos años con la explosión de popularidad de los
lugares misteriosos del planeta debido a programas como Ancient Aliens y
similares.
Es por eso que, aprovechando mi reciente luna
de miel a los cayos de la Florida, la desviada hacia la ciudad de Homestead fue
casi inevitable (“si ve, pa que se casó conmigo” le dije yo a mi esposa cuando
le vendí la idea de ir a conocer la casa de un loco). Inauguramos así, una
nueva sección en este blog llamada Viajes Teratológicos, en donde rendiré
cuentas de mis viajes a sitios donde la teratología haga acto de presencia. La
mayoría de las fotos tomadas en este artículo son obra de @EileenBustam y algunas mias. El artículo en si
será un híbrido entre la historia en general y la bitácora de nuestra visita.
UNA TRISTE HISTORIA DE
AMOR
Edward Leedskalnin
nació en Letonia en 1887, hijo de una familia de canteros (Stone masons en
inglés lo que ha permitido que muchos lo asocien, seguramente de forma errónea,
con la sociedad secreta de los masones).
De su niñez poco se sabe, los registros dicen
que era un niño muy enfermo, adicto a la lectura y que solo estudió hasta el
cuarto año porque literalmente se aburrió de lo poco que aprendía allí. Se sabe
que siendo joven empezó a trabajar con sus padres donde aprendió el negocio de
la Cantería y se sabe también que era un hombre de muy baja
estatura (apenas 1.50 metros) y muy bajo peso (alrededor de los 40Kg) y bajos ingresos económicos.
Cuando tenía 26 años, Edward le pidió
matrimonio a su novia de 16 años Agnes Scuff a quien él siempre se referiría
como “my sweet sixteen”. El día anterior a la boda, Agnes se arrepintió y le
canceló, Edward, con el corazón roto, decidió irse de Letonia con tumbo a los
Estados Unidos para poder así olvidarla.
Al llegar a Estados Unidos, Edward se puso a
trabajar en compañías madereras en Texas, California, Canadá y finalmente New York Pocos
meses después de estar trabajando en el estado de New York contrajo
tuberculosis, enfermedad que en ese entonces era mortal. Los médicos le dijeron
que debía dejar de trabajar y buscar un sitio para vivir que fuera de clima
caliente, fue así como se fue rumbo a la Florida.
Su enfermedad empeoró cuando llegó a la Florida,
donde se instaló en Florida
City, la ciudad más al sur del estado de la florida que no es una isla. Después de trabajar un tiempo en la finca de
una familia, cayó gravemente enfermo. La
familia cuidó de él hasta que, milagrosamente, empezó a recuperarse, según él,
gracias a que había descubierto un tratamiento a base de electricidad y magnetismo.
Con un poco de dinero ahorrado de sus años de
trabajo, Edward compra un acre de tierra a la familia que lo cuidaba en Florida City, y dedica los
siguientes años a construir literalmente un castillo, hecho de piedra de coral,
en honor a su amada Agnes. El castillo de piedra, compuesto de bloques que
pesaban varias toneladas, fue levantado por Edward sin ayuda de nadie
aparentemente utilizando herramientas artesanales. Debido a una inmensa puerta
de piedra giratoria que daba entrada al Castillo, Edward decidió llamar al
castillo “Rock Gate” Park.
El Huracán de 1935 destruyó la línea férrea que
unía a Miami con la ciudad de Key West, lo que obligó al gobierno de USA a
empezar la construcción de la US-1, una autopista que cruza los Estados Unidos
de sur a norte. Edward se entera de los planes por construir la US-1 y que esta
pasaría por la vecina población de Homestead y es ahí cuando decide comprar 12
acres de terreno en Homestead y trasladar el castillo a su actual ubicación. De
los 12 acres 4 serían usados en el castillo mientras que 8 fueron vendidos al
gobierno de Estados Unidos para la construcción de la carretera, negocio en el
cual Edward salió ganador.
28 años duraría Edward construyendo su castillo,
trabajando de noche, solo, levantando piedras de hasta 30 toneladas sin ayuda
de maquinaria moderna. Sus herramientas
consistían en unos trípodes con unas extrañas cajas en la parte superior, un
generador eléctrico hecho a mano y poleas.
La cantera de donde sacaba la piedra se encuentra en la parte posterior
del castillo, todo el subsuelo de esa zona de la florida es abundante en ese
tipo de piedra de Coral. Cuando le
preguntaban a Edward como había logrado construir el castillo él solo respondía
que era muy fácil si uno sabía hacerlo y que él pensaba que había descubierto
el secreto de cómo construyeron las pirámides.
Edward escribió varios panfletos donde
compartía sus teorías de cómo todos los objetos están compuestos de
electricidad y magnetismo y de cómo ciertas vibraciones eran capaces de afectar
los objetos y cambiarles sus propiedades. Sus explicaciones tienen poco rigor
científico y son demasiado básicas por lo que es difícil darles algún tipo de
credibilidad. Muchos sin embargo, ven en los panfletos una confesión de que
Edward había descubierto un secreto que le permitía manejar la gravedad de los
objetos y volverlos menos pesados de lo que normalmente son.
Sobre el origen del conocimiento con el que
Edward pudo construir Coral Castle, las opiniones son variadas. Los seguidores
de los Ancient Aliens afirman que Edward recibía ayuda extraterrestre o que se
habían encontrado algún aparato alienígeno, otros afirman que Edward descubrió
en Florida City, tecnología proveniente de los Atlantes, señalando la cercanía
de Florida City con el triángulo de las Bermudas. Los más escépticos atribuyen
su conocimiento a un legado de sus padres, que eran canteros y a la
perseverancia de más de 28 años de trabajo duro.
Edward también era un tipo excéntrico, nunca
volvió a enamorarse, se volvió fanático de la astronomía, llevaba una dieta
estricta y pasó la vida sin haber manejado un carro (montaba en bicicleta o
tomaba el bus cuando tenía que salir) hasta el mismo día de su muerte, en 1951,
cuando tomó un autobús al Jackson Memorial Hospital de donde jamás regresaría.
Un sobrino heredaría el castillo, pero decidió
no reclamar la propiedad al considerarla una pérdida de tiempo, así que por
años el terreno le perteneció al gobierno de la Florida quien luego lo vendió a
una familia de Chicago que lo rebautizó Coral Castle y lo convirtió en una
atracción turística. Hoy es considerado un monumento histórico.
Lo
cierto es que al
morir, Edward, varias partes de su generador eléctrico, así como las
cajas que se veian
en la cima de los trípodes desaparecieron sin dejar rastro, nadie sabe
si esto ocurrió ccuando el lugar estaba en manos del sobrino de Edward,
el gobierno de Estados Unidos o la familia de Chicago.
Hasta allá fui
yo, en peregrinación a ver el trabajo de un genio loco o uno de los misterios
de la humanidad.
NUESTRA VISITA
A Coral Castle llegamos alrededor de las 9:30am
cuando el lugar recién abría, fuimos los primeros visitantes del día lo cual
representaba varias ventajas. Por un lado, estábamos en pleno verano en la
florida y cualquier visita luego del medio día hubiera sido bajo un calor
insoportable; por otro lado, Tom, nuestro guía estaba descansado, incluso
deseoso de narrarnos toda la historia, y recorrimos una buena parte del parque
solo con él. De Tom (a quien recomiendo como guía si algún día van por allá)
diré que me gustó su escepticismo y naturalidad con la que hablaba del tema, de
un lugar que debería estar alimentándose de la leyenda y la magia, Tom fue una
refrescante voz balanceada de la razón trayéndonos los lados teratológico y el
histórico perfectamente delineados.
La entrada muestra la vieja piedra que
recolectaba la entrada al castillo de la época, 10 centavos de dólar. El mismo
Edward, que vivía allí, era el guía y era famoso por ser un gran anfitrión, muchas veces preparaba
comida en la cocina del castillo para sus invitados, participaba en tertulias
en los comedores de piedra y organizaba sesiones especiales para niños.
Una vez uno entra es difícil creer que un sitio
así se encuentre en el medio de una ciudad tan sin gracia como Homestead. El castillo es en realidad, un castillo al
aire libre, el único edificio del lugar es una construcción localizada en una
esquina del lugar que contiene el cuarto donde dormía Edward en el segundo piso
y el taller donde él guardaba sus
herramientas en el primero.
El resto del castillo es un patio amurallado
lleno de estructuras hechas en piedra, un comedor en forma de corazón que pesa
casi 6 toneladas, sillones para leer en diferentes orientaciones para
aprovechar las diferentes horas del día, una bañera con espejo incluido hecho
de agua y la cocina, un asador hecho con un viejo motor donde Edward cocinaba
perros calientes.
Las sillas de lectura, mas cómodas de lo que parecen.
La bañera de Edward.
Las camas del rey, la reina y el bebé, según contaba Edward.
Después del huracán Andrés, el castillo se llenó de guecos que escaparon de Gatorland, otra atracción turística cercana.
También hay rostros en algunos de los muros del castillo.
Pero es la simbología astronómica la que más
alimenta la imaginación teratológica. Una de las esquinas del castillo está
adornada por las gigantescas estatuas de Júpiter Saturno y la luna, los muros y
el pozo de los deseos muestran estrellas de seis puntas, que algunos han
identificado como un símbolo masónico.
Adornos astronómicos.
El pozo de los deseos con la estrella de seis puntas.
Hay cuatro estructuras que especialmente me impresionaron, la primera
de ellas, es el gran monolito que hay en la parte este, una sola piedra que
pesa más de 35 Toneladas y que hoy necesitaría el trabajo conjunto de al menos
tres grúas de las usadas en construcción.
La segunda estructura es la famosa puerta de
piedra que le dio el nombre original al castillo, desde el 2005 dejó de
funcionar, y los dueños del castillo comisionaron a unos ingenieros de la
Universidad de la Florida para arreglarla y estos no supieron cómo
hacerlo, hoy está en pie pero
clausurada.
La tercera estructura es el segundo megalito más
grande, este está ubicado detrás del muro norte y tiene una apertura circular
en su parte superior. En el muro norte hay otra apertura pequeña con una mira hecha de alambre. De
noche cuando se mira a través de la apertura del muro y se apunta a la apertura del megalito, la mira señala la
ubicación exacta de la estrella polar.
La cuarta estructura es un reloj de sol, que da
la hora entre las 9 am hasta las 4pm (horas en que Edward atendía a los
visitantes) pero que además marcaba los minutos y el mes del año.
El cuarto de Edward contiene una foto a tamaño real del hombre
además de la cama que utilizaba y otros objetos. Es un recordatorio de lo increíble
que es Coral Castle, de cómo alguien de ese tamaño, trabajando aparentemente solo
y sin maquinaria pesada moderna pudo levantar
piedras de esa magnitud y erigir un lugar tan imponente.
El edificio donde vivía Edward.
El cuarto de herramientas
La cama de Edward
Edward y yo
Ya sea que de verdad Edward Leedskalnin poseía un
conocimiento arcano que se llevó a la tumba o un aparato alienígeno del que no
tenemos conocimiento o si simplemente era un genio de la ingeniería loco por un
amor no correspondido que malgastó su vida en su propio Stonehenge, Coral
Castle es un lugar que hay que ir a visitar.
Es una pena que Agnes Scuff, la mujer que
inspiró todo esto, nunca quiso ir a ver el monumento construido en su honor.
1 comment:
hola que tal
para agradecerte las fotos que subistes de tu visita
en serio me dejo sin palabras.
lo que me dejo con la duda es adonde fue a parar esa caja negra de la que tanto hablan
y quien fue el que tomo las fotos de este ingeniero "loco"
gracias
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